Pequeño, ve a dormir

Eran las 8?, las 9?, Niki iba a su caja donde se encuentran sus hijos, 3 gatitos de muy lindos colores, la friega de todas las mañanas, me despiertan temprano y tengo que servir el desayuno, luego de un rato voy a ver a mis gatos, los acomodo y uno no se movía, lo reviso, estaba tibio, me lo quedo viendo y no reaccionaba, la gata se había echado sobre su cabeza y no se había dado cuenta, el gatito estaba muerto, asfixiado, eso fue lo primero que pensé, pero aún así me quede viéndolo tratando de pensar que era lo que tenia que hacer porque no concebía que ahí quedara todo, apreté su pecho, lo sacudí suavemente, luego de sacarlo del lado de su madre empezaba a enfriarse, sentí que tenia que hacer algo, por más que sabía que ya estaba muerto, ya no había nada que hacer pero aun tenia temor de enterrar a un gato aun con posibilidades de vivir, solo me seguía engañando, no me inmuto ante la muerte o desaparición de un gato mayor, aunque lo haya querido mucho, pero una muerte tan tonta que pudo ser evitada, aunque me resistí me hizo sentir culpable... nunca quise matar a ningún gato más.

... Improvisé una pequeña mortaja con una media vieja que tenia doblándola y cosiéndola. Lo enterré al costado de la casa, a la media hora que pasé por ahí la bugambilia que colgaba del techo había dejado caer unas cuantas de sus flores sobre donde se encontraba...