de Independencia a San Martín de Porres, una caminata
Intento de llamada 1,2,3,4: esta roñosa parece que dejo su cel muy al fondo su mochila
Creo que sería mejor caminar unas cuadras como haciendo hora a que le preste atención a su mochila y la vuelvo a llamar de un teléfono público más adelante...
... así fue como pensando, caminando, llamando desde innumerables teléfonos públicos y arriesgandome un poco llegué hasta su oficina, uno nunca conoce un lugar hasta que camina por él, no es lo mismo ver desde el omnibus o la combi a la experiencia directa.
Una señora preguntándole a su hijo "¿qué es lo que tienes en el cuello hijo? parece como si te hubiera picado un bicho, ¿qué te has quemado? aaaah", sin dejar de mirar aquella mancha rojiza en su cuello.
Un par de chicos paseando a su rotweiler mientras esté trata de llevarlos a ellos a otro lado.
Pistas rotas, veredas rotas, paredes rotas, calles empolvadas ¿de donde sale tanto polvo? ... más allá una señora sale de su casa con un recogedor lleno de tierra y lo tira en la pista frente a su casa...
Un chico abrazando, tocando es más preciso, a su "enamorada" mientras le ofrece algo que tiene en la mano a la chica, esta le hace a un lado la mano con algo de ternura, malsana ternura, diciendo "nos" que son "sis" y "... me siento tan halagada pero no es lo correcto, pero me siento tan halagada" ante el regalo, un celular, se nota que no es nuevo, se nota que no es suyo, se nota que no es legal, se nota que no es amor, se nota que todos necesitamos que nos hagan sentir importantes. Comparaciones con National Geographic vienen a mi mente... " ... y el macho en época de celo, le ofrece a la hembra las presas que obtiene como regalo mientras espera el momento oportuno para preservar la especie"
Un señor muy viejo, más bien acabado, más bien cansado, y cogiendo con resignación uno a uno los moldes de zapatos que vende en la vereda para retirarse quien sabe a donde tal vez a uno de los callejones de por ahí.
Un callejón, los edificios que lo forman lo mantienen en sombras, alguna vez parece que hubo una pista ahí, una que otra planta descuidada al fondo, paredes sucias y descascaradas, una señora entra con un bulto a cuestas y unos niños juegan con tiras y una pelota al fondo, en ese lugar veo en una casa un letrero largo amarillo que dice "INTERNET"
Tres indigentes, tal vez maleantes de acuerdo a la oportunidad, a intervalos paralelos, dos sentados, uno parado viendo al lado opuesto, en medio de la pista como si fueran una especie de monumento al estado de la zona.
Un niño, de unos 8 años sería, con sus ropas sucias y gastadas, cargando una enorme bandeja llena de platos sucios, sonriendo.
Un teléfono público colocado sobre una silla plástica detrás de una reja.
Montañas de ajos pelados y diversos condimentos mientras mucha gente se empuja para pasar por un pequeño camino en medio de los vendedores, un señor comiendo una gelatina mientras otro al frente come unos duraznos en almíbar que una señora reparte, me doy cuenta que mucha gente come alguna de esas cosas, yuquitas, gelatina, mazamorra, churros, platanos, alitas broaster, salchipapas, anticuchos, papas rellenas, papa huayro con huevo, huevo de codorniz, papa a la huancaína, ocopa, picarones, Coca Cola de 0.60, etc ... definitivamente me recuerda al antiguo mercado central.
Una escalera para subir a la pista, que se supone que es de alta velocidad, en un lugar donde no hay ningún paradero, ni siquiera una vereda, la escalera tiene insertada una imagen de San Martín de Porres… “que nuestro santo nos defienda de nosotros mismos” debería decir la leyenda.
Una joven cargando una bebé seguida por un chico, ya de 21 sería, que está improvisando un rap reggaeton muy a lo Eminem en "eight mile" con otro chico grande y gordo a su lado que lo acompaña a cantar.